martes, 16 de diciembre de 2008

Esos benditos días


Sí, muchas cosas implican ser mujer. Una de ellas es nuestro famoso amigo "Andrés", ese multifacético amigote que nos visita una vez por mes. Me salió un versito. Bueno, al margen de mis dotes poéticos casi imprevistos, creo que esta característica que nos identifica como género merece un monólogo especial.

Siempre me pregunto "Por qué a nosotras y no a ellos?", la respuesta que viene a mi cabeza es "Porque soportamos más todo aquello que duele", ya sea la menstruación, la depilación, el parto, etc, etc. Somos una especie con poder, solo por eso merecemos que en esos días se nos entienda, atienda y respete. Sí, estamos indispuestas ¿Y qué? ¿Por eso somos histéricas, hiper sensibles o facilmente irritables? Mmmm, sí.

Me acuerdo la primera vez. Ya casi todo mi curso se había convertido en "Señorita", ese no era mi caso. Casi arañando los 15 llegué a preguntarme si era rara, no se, todas con tetas y yo hecha una tabla. Hasta que un día mi pesar desapareció, fui al baño, sentía algo raro. Al cabo de unos minutos estaba gritándole a mi mamá "¡¡Mamá, mamá soy señorita!!". Encima con alegría. ¡Qué pedazo de pelotuda! Quince años y la mina no sabía que había empezado un período en el cual cada vez que este amigote se presentaría en su vida iba a ser para dolores interminables de ovarios, sobredosis de ibuprofeno, sangrado constante y humor de mierda. Estaba contenta. ¿Tan boluda pude llegar a ser?

A partir de ahí las tetas no crecieron. ¿Qué onda? Tras que tengo que sufrir esto no me crecen las gomas y tengo que ir meditando seriamente pasar por un cirujano, en caso de ganarme el quini 6, ¿No?.

Siempre pienso lo injusta que puede ser la vida. Lo peor es que sólo nosotras sabemos lo que se siente. Es un carma, supongo. Días antes de la visita de nuestro querido Andrés nos ponemos como pelotudas en celo, queremos tener sexo todo el día y nuestra sensibilidad se potencia hasta el punto de emocionarnos con el diario de Birdge Jones aunque la hayamos visto por décimo cuarta vez.

Ni hablar de nuestro carácter. Una palabra del sexo opuesto es sinónimo de pelea, se abre el ring hacia una disputa sin sentido, ¿Razones? Muchas. "No bajaste la tabla, no cambiaste el papel higiénico, no compraste el yogurt que te pedí, me cambiaste el canal justo cuando estaba por empezar la novela!!!". Gritamos como si estuviéramos defendiendo al mundo de un ataque terrorista de marcianos violetas, como si eso que queremos y no pasa fuera el final de nuestras vidas. Todo esto sumado, obvio, a pretender siempre tener la razón, a que nos escuchen si estamos sensibles, a que nuestro humor pase de un estado al otro como una pelotita de ping pong en pleno partido.
Entiendan hombres que cuando estamos en esos días no tienen la razón de nada y que, para tenernos contentas y satisfechas, lo único que tienen que hacer es decir muchas veces "sí sí sí", ¿Vieron qué facil? Véanle el lado positivo. Aunque quisieran nunca entenderían lo que es sentir ese pañal de bebé cuando caminan, ponerse un tampón para meterse a una pileta y ni hablar si tenés que depilarte, sabiendo que te van a crecer cual barba de Papá Noel.

Ser mujer cuesta pero qué lindo es tener como excusa esos días para ser como queremos, para darnos el lujo de que todo se convierta en razones razonables, sólo porque Andrecito decidió pasar por casa. Ni hablar si un mes se retrasa, nuestros ovarios suben cual saliva a nuestra garganta, simulando que está todo en orden pero sabiendo que un hijito podría venir al mundo. "Noooooooo! Justo ahora que iba a viajar con las chicas al Machupichu", un hijo?" y vas corriendo a la primera farmacia de turno para comprar... sí, todas sabemos qué.

¡¡¡Eso no se hace queridas mías!!! A dejar la calentura a un lado y a poner los ovarios responsables sobre la mesa.

Esos días fueron creados para que descubramos quiénes podemos llegar a ser. Nos modifica desde el cuerpo hasta nuestro estado anímico. ¿Quién es Andrés para hacernos una cosa así? ¿Qué pendejo pelotudo nos desangra cual animal muerto y nos deja hechas trizas mientras se caga de risa de nuestro pesar? Y sí, ¡Hombre tenía que ser!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

EXTRAÑAMENTE JAMÁS SUFRÍ ESOS DOLORES TAN TRAUMÁTICOS, PERO CREEME QUE PARECE QUE FUERA INVERSAMENTE PROPORCIONAL A MI HUMOR... MENOS DOLOR MAS MAL HUMOR

Simplemente YO dijo...

Lamentablemente yo sufro del dolor, del humor, de las ganas de matar a todo el mundo, de llorar por cualquier cosa, de comerme cualquier chocolate que ande dando vueltas por el kiosko en fin.... Odio "esos dias", pero que aliviada que me siento cuando llegan.
Adoro tu blog lo descubri gracias al facebook

Segui asi

Majo dijo...

yo no lo sufro tanto durante, si no, antes... los dias anteriores siento que muero, no veo la hora de que pasen.
de todas maneras, solo quiero decir algo! para que no sucesa el embarazo indeseado, por favor!! usen preservativos y tomen pastillas anticonceptivas. hay que tomar conciencia de las enfermedades de transmicion sexual.
A USAR FORRO!!!
Fransesca!! te re banco!!!
:)