miércoles, 17 de agosto de 2011

Los políticos y los hombres, cortados con la misma tijera


Antes que nada quiero aclarar que todo esto del año electoral y los políticos me tienen los ovarios bastantes inflados. Todo bien con las campañas, pero reconozcamos que son aburridas. A mí nunca me sedujo la política, de hecho sé poco y nada de política.

Siempre en las reuniones cuando se habla de política me pongo de mal humor. No sé por qué. Nunca falta el politólogo improvisado, ese que te tira las últimas encuestas o qué político subió en intenciones de voto en las últimas horas.

A mí me divierte más hablar del tipo que se tocaba en misa o el video de Silvina Luna -que dicho sea de paso, tiene un novio bastante precoz-. Esas son cosas “candentes” para mí, esas son cosas que le interesan a la gente. La caída de la mina esta, cómo se llama, “Rocío Girao Díaz en el Bailando” o las peleas entre Moria y Carmen Barbieri. Queremos notas más bizarras, que nos hagan reír más. Ya bastante tenemos con el boludo que tenemos en casa, para las que conviven, o con nuestros novios, filitos y amantes que nos queman la cabeza hablando de fútbol, exigiéndonos ser buenas novias, amantes y mujeres, llamándonos mami cuando ya tiene una o diciéndonos cosas lindas una vez por año. Necesitamos gente más desquiciada, más músicos que se tiren del balcón como Charly o que coman comida podrida como el Piti… Más modelos que salgan a defenestrarse, a decir quién hace mejor un pete o que las Pombo ahora reconozcan que fueron violadas por un chimpancé. Algo. Pero bueno, tampoco podemos estar exentas de lo que pasa y hay que reconocer que hoy en día la política está en primer plano.

Y por eso, en este escenario preelectoral a "pathitos" de las generales, me parece importante establecer una analogía entre los políticos y los hombres, quienes en primera instancia parecerían no tener nada que ver con los partidarios pero que si se hace un profundo análisis podríamos llegar a deducir interesantes similitudes.

¿Qué quiero decir? Ustedes vieron que en plena campaña electoral, los políticos -quienes en su mayoría son hombres- ponen en la mesa miles de propuestas que en el transcurso de sus campañas o, incluso en el caso de ser elegidos, terminan concretándose un cuarto o diría un medio de su totalidad. Su imagen comienza como positiva, en la mayoría de sus casos, pero mediante las encuestas muchas de ellas tienden a bajar.
Se muestran inteligentes, innovadores, con ganas de hacer cosas y llevar adelante un modelo que nunca antes se habría implementado en el país. Cuando no, critican a sus opositores, quienes alguna que otra vez, los han acompañado en fórmulas políticas anteriores.
Pero sin otro motivo que poner un punto inicial entre estas características que se vienen replicando en el transcurso de las distintas gestiones políticas, sea del partido que sea, mi principal objetivo es replicarla –como siempre desde una visión feminista- a las campañas conquistadoras de los hombres, sí, ellos, quienes a la hora de querer ganarse el amor o la atención de una mujer, proponen un sinfín de cosas: te voy a amar, respetar y obedecer el resto de mi vida. Sos la mujer que siempre soñé y te voy a hacer feliz con miles de actitudes y regalos que nunca te han hecho. Pero ¿Cómo darse cuenta cuando un hombre promete y después no cumple? Simple. Siempre va a hacer lo mismo.

Desde el vamos, hay que tener en claro que siendo hombre –corto de inteligencia y largo a la hora de concretar sus ansias de encamarse con vos- va a intentar seducirte con la tradicional “filosofía barata y zapatos de goma” que se repite y seguirá repitiendo en la historia de la humanidad.

Por ejemplo: En la etapa de conquista, utilizan frases o “spots” chamulleros para seducirte y que lo elijas en los comicios del “levante”. Aplicados al día a día, se trataría de mensajes implícitos o explícitos tales como: “Con un tipo como yo, vos podés más”, “Tengo auto, plata y herencia, te convengo”, “Soy divino, somos divinos, vamos por un hijo”, “Ahorremos plata y vayámonos a vivir una historia de amor”, “La tengo muy grande, elegime y comprobalo”, “Conmigo no vas a sufrir, seremos felices”, “Ya no salgo con mis amigos, maduré”, “Confiá, conmigo conocerás a un verdadero hombre”, etc, etc, etc.

Al principio pensás “Uau, se merece mi voto de confianza, no?” Pero a la larga muchachas, todas sabemos que muchas de estas frases terminan siendo promesas
incumplidas.

Por otro lado, al igual que los políticos, si tienen ganas de conquistarte, se preocupan primero por la imagen, tanto física como mental. En primer lugar, para estar bien para vos, adelgazan, te pintan una onda deportista no? Y en segundo, te venden una especie de tipo que cuida y se preocupa por el medio ambiente, que le gustan los animales, los niños, y los ancianos.
Pero… a la larga te terminan confirmando que al igual que todos, más después de casados, se achanchan maaaaaal. Ya no les gusta tanto ir a pasear, tampoco que tengas un perro que te cague por todos lados, -va, les da lo mismo porque al fin y al cabo la caca la limpiás vos-, ni que los nenes lloren, se caguen, cambiarles el pañal ni llevarlos a la escuela. Ni hablar de ir a comer a lo de tus abuelos el fin de semana, la patean como un gol de último minuto necesario para ganar la copa en un mundial.

Pero vayamos a los puntos importantes:

Amigos de todos: Ni hablar cuando lo conocés, le caen bien todos tus amigos, de hecho se hace amigos de todos y de a poco, a medida que pasan los meses, te tira una como “che no invitemos a Charly porque se come todo”, “decile a tus amigas que se junten en otro lado, yo ya quedé que venían los pibes”.

Se enceguecen con el poder: En el caso de los hombres, se enceguecen con el poder del control remoto, de ganar más que vos, de no tener que levantarse si tu hijo llora sino que vayas vos, con el poder de elegir a dónde ir de vacaciones, de tener la moto más copada que su amigo, el poder de cambiar el auto o el celular.

Corrupción: Los hombres son corruptos, todas los sabemos. Y ni hablar los políticos, vamos a decir algunos para no herir susceptibilidades. Los hombres, con tal de conseguir lo que quieren –ya sea que lo dejes ver tranquilo un partido de la D con sus amigos o no le rompas las bolas una partida de pocker con los pibes- son capaces de coimearte con un “si querés la semana que viene te llevo al cine, o a cenar mi amor”. Te corren con “Hace mucho que no te regalo nada, querés plata así vas a comprarte algo lindo?”.

Manejo sucio de las relaciones: Al igual que los políticos, nunca sabés para qué lado patean. Si te están diciendo “qué linda estás”, qué quieren pedirte, si te dicen “tengo una reunión de laburo”, a qué fiesta se está yendo, si recién estás saliendo, sospechás que es medio pirata, y te dice hoy me quedo durmiendo en casa, “cuál de las otras minas le contestó el mensaje antes que vos”.

Ocultamiento: Sí, muchos políticos han ocultado “chanchadas” que se mandaron, cagadas y después ha salido a la luz. Los hombres son iguales, con tal de que no te enojes o lo mandes a la mierda, es capaz de hacerse el boludo a la vuelta del supermercado si se olvidó de comprarte el shampoo que le habías pedido para el pelo o, en casos extremos, obviamente que te está siendo infiel. Pero a la larga, son tan navos, que nosotras nos terminamos enterando.

Te aburren al tiempo: Al igual que los políticos, llega un momento que pasadas 1 o 2 gestiones, nunca de gobierno porque siempre gobernamos nosotras, ya nos aburre verles la cara. No?

Te desilusionan: Tenemos en mente al principio al amor de nuestras vidas, no? Ya lo vemos en el altar, con el esmoquin, criando a nuestros hijos. Un cuento de hadas. Ahora, a medida que lo conocés, ese sueño perfecto se te desmorona.

Sintetizando mi teoría, los hombres son como los políticos:

• Te proponen grandes cosas y terminan con pequeños resultados.
• Cambian de mujer como los políticos de partido.
• Te prometen un gran aparato y algunos terminan teniendo un simple aparatito.
• Al igual que los políticos que al principio dicen “voy a acabar con la pobreza, voy a acabar con la inseguridad”, los hombres acaban, sí, algunos muy rapidito.
• Te histeriquean, te dicen que vos sos importante y única, pero cuando ya le diste lo que querían, se van con otra, como los políticos cuando ya agotaron los recursos de un partido, se van a otro para ver qué pueden conseguir.
• Te seducen con mensajes directos a tu cabeza, mensajes que después terminan siendo vendedores de humo.

En conclusión, mi conclusión, odio a los políticos, no les creo a los hombres y nunca les voy a creer. Lo único que les pido es que, a diferencia de cuando conocemos a un espécimen, elijan el próximo 23 de octubre con INTELIGENCIA mujeres. Gracias, es todo por hoy.

Campaña contra el reloj biológico


Buenas noches a todos. Antes de empezar con el tema de hoy, como siempre, quiero comentar varias cosas. Primero, quiero decir públicamente –y aprovecho hoy que nos están escuchando muchas más personas que el miércoles pasado- que estoy indignada con la platea femenina y con todos los forros que se hacen los fanáticos y especialistas del fútbol sólo cuando un equipo está en crisis. La última semana, abrí el FB y no paraban de cambiarse la foto de perfil, poner bardeadas de quinto grado hacia los gallinas o simplemente un River con B. A ver… todo bien que estemos y pertenezcamos a un país con una cultura futbolística bastante desarrollada pero me revienta que sólo en estos casos la gente llore, critique, se ría, exija cagar a trompadas a los jugadores –los mismos que cuando meten goles son unos ídolos-.

Es que el argentino es así. Por ejemplo, en política –mientras la economía mundial o nacional no repercuta en tu bolsillo está todo bien, ahora si la inflación llegó a tu heladera, estás viviendo en un país de mierda y exigís que el Ministro de Economía presente su renuncia. No, somos básicos y me saca. Lo mismo pasa con los hombres con las mujeres, mientras tu mujer te atiende bien, te cocina, te lava la ropa, no la querés ni tocar… se convirtió más en un “clásico” que en otra cosa. Ahora, cuando te empieza a descuidar o su rendimiento en la cancha no es tan bueno, le exigís y le exigís. Hasta te preguntás, “¿No me habrá mandado a la B y tendrá algún suplente en vista?” Y flaco, te hubieras dado cuenta antes de que termine el campeonato o que fueras al “descenso”. Lo que pasa es que a los hombres les cuesta leer entre líneas y después, cuando la derrota llega, no entienden por qué pasó, qué fue lo que los llevó a que un equipo de primera –porque siempre se creen que están jugando en primera- pase a la B. A la B de “boludo”.

Lo que sí hay que reconocer es que el domingo era un día espectacular para las que están de novias con un flaco de River aprovechen y los consuelen. O si sos hombre y estabas deprimido, aprovechar para no hacer nada. “Amor ayudame a poner la mesa”, y el te dice: “No gorda, disculpá pero no estoy de ánimo”. “Amor me ayudás a hacer la cama?”, y el te dice: “No mi amor, te juro que no tengo ni fuerzas para ponerme el pijama”. Es buena esa…
Igual reconozco que me importa poco y nada el fútbol, les digo que me influyó más lo que me cagué de frío cuando salí a la calle, que escuchar a mi viejo –bostero y cordobés- al borde del infarto gritar una de sus últimas alegrías. “River se va a la B”.

¿Ustedes vieron el frío ojetudo que hizo? Habré salido dos o tres veces a la calle en todo el fin de semana y les juro que en un momento no sabía si había viajado a Alaska con la máquina del tiempo de “Volver al Futuro” o me había metido en la cámara frigorífica de un amigo… No me sentía ni las gomas, igual no es que me las ande tocando en la vía pública pero mi cuerpo no me respondía.
Y ahora, voy a tirar el típico comentario de vieja, yo no puedo entender que con cuatro grados bajo cero las pendejas salgan con campera de jean. Obvio que nosotras también lo hacíamos pero te juro que ahora, sufriendo lo que sufro el frío, no me entra en la cabeza cómo podíamos soportar tanto frío… Ahora, para dormirme “bien”, tengo que ponerme sí o sí pijama súper abrigado, obvio de pantalón largo, asegurarme de que el calefactor esté bien prendido, secarme el pelo y lo más importante y que NUNCA puede faltar, por lo menos hasta septiembre es… hacerme la bolsa de agua caliente. ¿Ustedes no se la hacen? La fórmula es: a falta de macho, bolsa de agua caliente.

Bueno, ahora sí. Vayamos al tema que nos aqueja hoy. Y les voy a contar por qué decidí hablar de esto, “del reloj biológico”. Resulta que el otro día, después de uno de esos sueños raros que tenemos las mujeres, me desperté, hice pis y me volví a acostar (vieron que a esta edad ya te empezás a levantar para ir al baño y cada vez que lo hacés te acordás de tu abuela cuando te prendía la luz de chiquita las 4 o 5 veces que iba). Buen, en una de esas, me volví a dormir y no saben lo que soñé… Soñé que juntaba a 50 amigas y les decía en casa, tomando una birrita: “Chicas, es hora de que hagamos una revolución feminista y salgamos a la calle con pancartas que digan: Matemos el prejuicio de que si tenés 30 y estás soltera… Estás enferma o te gustan las minas”. A ver si entienden que no a todos nos llega el amor entre los 15 y los 25, ok? No todos conocemos a un flaco “copado” a tiempo, por el contrario estamos tan descreídas del amor que no concebimos nuestras vidas al lado de un “príncipe celeste” aunque sea. Y convengamos también que tampoco está fácil el mercado hoy en día… no es que vas a un local y podés pedir: “Hola ando buscando un novio bueno, inteligente y con plata. ¿Tenés?”. Clarrrrooo, si fuera tan fácil no estaríamos solas muchachos.
Y después de ese sueño, me levanté y escuché en mi cabeza a varias mujeres que decían: “¿Estaré obligada a no tener hijos? ¿Habrá manera de parar el reloj biológico o tendré que recurrir a la ciencia y congelar mis óvulos?” Y me preocupé. De hecho me puse a reflexionar qué queremos decir las mujeres cuando decimos “reloj biológico”. ¿Existe? ¿Dónde se compra? ¿Es a pilas o a cuerda? ¿Tendrá fecha de vencimiento? ¿Tendrá alarma y nos avisará cuando estemos a cuatro meses de la menopausia?” Difícil. ¿Estaremos las mujeres condenadas a ser madres? ¿Por qué? ¿Es una obligación dar la teta, no dormir de corrido varios meses, engordar 15 kilos y después pagar fortunas para volver al peso de antes?

Me acuerdo de chica, las mujeres siempre jugamos a ser mamás. Como que es una clásica tener una muñeca bebé y hacer que la dormimos, le damos de comer, le hablamos. Crecemos con esa idea nefasta que nos inculcaron, esa idea de que la mujer nació y está en el mundo sólo para procrear, ser mamá y dar la teta. Cuando vas creciendo, ya de adolescente, tenés una especie de plan armado en tu cabeza: “estudio, termino la secundaria, empiezo una carrera universitaria, seguro que conozco al amor de mi vida, me pongo de novia, me recibo, viajo, me voy a vivir con él o nos casamos, ahí aparecen los hijos, sí voy a tener 4, una linda casa con patio, un perro y una pileta grande para que los nenes y el huevón de mi marido puedan jugar”.
Pero a medida que pasan los años y ya pasaste los 25, ese plan perfecto que tenías comienza como a desmoronarse, no? Estás pisando los 30 y no conociste al amor de tu vida, en tu carrera todavía te falta crecer mucho, no ganás tanta plata como para irte a vivir sola y darte tus gustos, y obviamente no te llegó el llamado de la maternidad. Y empezás a pensar, a diferencia de antes, de manera regresiva, no? Y ahí viene la pregunta. “¿Cuánto tiempo me queda para ser mamá?”
En mi caso, les puedo asegurar que no me interesa en absoluto. No me interesa guiarme por un reloj de mierda que te muestra el tiempo de manera regresiva. A ver, no me interesa pensar “Cuántos años fértiles me quedan”. O para las que están de novias, es una paja que te pregunten tus familiares o amigos en cada juntada: “¿Y? ¿Para cuándo un bebé?”, a ver vos… “¿Y? ¿Para cuándo comprarse una vida?”.
Si bien hay muchas mujeres les da miedo llegar a los 30 y estar sola, les puedo asegurar que es mejor que llegar a los 30, con 3 críos, de 3 flacos distintos. O que se ponen a priorizar tener hijos y después se preguntan: “¿Pero con quién?”, y ahí se acuerdan de todos los pelotudos que pasaron por su cama y no dejaron ni un “evatest” aunque sea.
Tampoco vas a tener un novio tipo “cartera de vieja”, con el que estás por si las dudas. Vieron que las viejas ponen todo en la cartera por si las dudas. Ese novio pasaría a ser tu mochila que llevás por si las dudas te dan ganas de pelear con alguien, por si las dudas te dan ganas de extrañar a alguien o por si las dudas te dan ganas de ser mamá y ya tenés con quién.
En mi grupo de amigas este “reloj biológico” empezó a notarse hará cuestión de 2 años. Empezaron las que menos te imaginabas que iban a ser mamás, aquellas que se emborrachaban a morir o que nunca habían tenido novio y en una de esas conocieron a alguien y pum. Quedaron preniadas. Fue una sorpresa enorme … y desde mi lado de amiga me alegré, sí, pero por el otro pensaba: “No seremos demasiado chicas para ser mamás?” Me reúso a eso, por lo menos yo.
Y relacionado a esto concuerdo con un sketch que ví en youtube que es genial donde Santa Ana Muriel, la de “Cita a ciegas” dice: “No voy a dar muchas precisiones pero estoy cerca de los 40, puede ser un poquito para arriba, un poquito para abajo”, ja! Me encanta porque me quedan casi 10 años para seguir haciéndome la puta –que les confieso que cada vez me cuesta más-.
Y contaba que en un momento sus amigas le habían contado que “recibieron el llamado de la maternidad”, a lo cual ella reconocía que no sabía si estaba de viaje en ese momento o tenía el teléfono roto pero a ella no la llamó. A ver… convengamos que ser mamá hoy en día, y vuelvo a mis amigas que son los casos más cercanos, es “renunciar” a tu vida. ¿Quién quiere renunciar a su vida? Ya no te podés ir de vacaciones, no podés salir o juntarte con tus amigas porque la beba empieza a llorar y tenés que irte volando. O no podés dejar tus tetas en el anonimato, de un día para el otro tus gomas pasaron a ser las dos tetas más conocidas del planeta. Odio que en cualquier reunión, como si nada, pelen las gomas y vos con cara de pocker tenés que seguir dándole charla como si nada pasara. Me parece desagradable chicas, disculpen.
Olvidate también del buen sexo que tenías antes, va.. por lo menos por un tiempo. ¿Vieron lo de la cuarentena? … Buen, no entiendo mucho que digamos, tampoco me preocupé mucho en ahondar en el tema pero como que el deseo sexual se te va de viaje sin avisar… Y encima,, tu marido novio o pareja, como sabe que no podés se te pone re hincha bolas con unas ganas de montarte encima que no da más… Qué fiaca tener que llamar a la sexualidad de nuevo, y como que se te ocupado… Encima que tu marido está on fire la beba o el bebé no te deja dormir, hace tres días que no te caga o te vomita justo ese vestido que te salió mil mangos. Nooo, chicas. Disculpen pero si de eso se trata la “urgencia” del reloj biológico… Yo paso.
Sí es verdad que si estás cerca de los 40… bueno. Ese reloj biológico está por caducar. Esta mina del video decía que su ginecólogo le contó que los óvulos de buena calidad se producen hasta los 35. ¿Cómo no quieren que nos pongamos histéricas? Y se ponía a pensar: “Es decir que a toda esa manga de boludos que conocí en estos años y a esas relaciones de mierda que no llegaron a nada yo les dí mis mejores óvulos?”. Es verdad eh.
Bueno gente, la verdad es que de este tema lo único que puedo concluir es que por el momento me cago en el reloj biológico y prefiero disfrutar de mis sobrinos y mis ahijados, o los hijos de mis amigas que son taaaaaaaan divinos y a quienes veo 3 o 3.30 cada quince días. Los hijos llegan cuando tienen que llegar. Basta de presionar a las mujeres preguntándoles todo el tiempo “Y? Vos para cuándo?”A mí, por ahora me gusta más sentirme libre pero nunca se sabe, quién les dice… en unos meses vengo con la cocina llena de humo… jaja nunca se sabe. Igual empecemos esta campaña en contra de este reloj biológico, vivamos, disfrutemos chicas que la vida es corta, al igual que algunos pitos que conocieron.
Hoy me voy a despedir con una frase de Maitena, muy copada que dice así. “Hay varias cosas que no te deja hacer un bebé... Comer, (te llaman a comer y tus posibles respuestas son: 'Ya voy, ya voy, lo cambio, lo baño, le doy de comer, lo acuesto y voy, igual no importa porque me comi la polenta que le sobró al gordo)”.
Un beso gente y acuérdense: “La que avisa, no traiciona”.

Los hombres no maduran, mutan


Hoy vamos a hablar de los hombres que padecen este “Síndrome de Peter Pan”. Sí, de aquellos especímenes masculinos que son y se demuestran emocionalmente inmaduros, que tienen particulares y sutiles comportamientos y que con sus herramientas de seducción consiguen que las mujeres que tienen el autoestima en su sano juicio, huyamos de su lado porque para ser mamás, ya vamos a tener tiempo de criar a nuestros propios hijos.

“A medida que pasan los años los hombres van mutando, no maduran”, esta reflexión surgió de una charla en donde recientemente tres mujeres nos pusimos a hablar de nuestras actuales parejas o muchachos, y el discurso terminaba refiriéndose de alguna u otro forma, al grado de inmadurez o mejor dicho de madurez que presentaban. Sea de la edad que sea.

Y esto, supongo desde mi humilde entender, tendrá alguna explicación sociológica. Citemos a nuestros padres que seguramente se han casado con nuestras mamás a los 20, 25, como mucho 30. Recordemos aquellas épocas en donde el servicio militar era obligatorio, donde el hombre era el pilar de la economía de la casa, en donde se decía y hacía únicamente lo que él aprobaba, en donde los hombres eran los que salían a trabajar para mantener a una familia, ya sea de 4 o 15 integrantes. Esos tiempos cuando no existía que un hombre se depilara el pecho, las piernas o los huevos, cuando un hombre tomaba sol sólo si su trabajo era al aire libre, en general no les importaba mucho cómo vestirse porque casi siempre usaban saco y corbata.

Ahora, ¡Cómo ha cambiado todo! Este tipo de hombres pareciera que se han mudado a otro planeta y los cambiaron por otros, por aquellos que buscan el éxito de la mano de la soltería y el egocentrismo; esos que buscan mujeres pero no las quieren para amarlas, porque no se animan; los que buscan plata pero no saben cómo administrarla; o buscan placeres pero sólo los encuentran en el alcohol, la salida con amigos, las fiestas privadas, la música o el sexo; también buscan ser felices pero no saben qué camino elegir: Si ir por la Ruta 30 en auto, tomar un avión o decirle a una mina que los lleven.

Y frente a esta cruel realidad, quieran o no, véanlo o no, cambien ellos o no, estaría bueno que nos saquemos mujeres de la cabeza la idea de que algún día, por arte de magia, se van a levantar con el pie derecho y van a gritar a los cuatro vientos: “Uaaaau, hoy maduré”. Porque ese día no va a llegar chicas, por el contrario, vas a seguir como una nava esperando a que tu chico deje de divertirse con los videos juegos o las juntadas con sus amigos, deje de malgastar la plata en chucherías tecnológicas, quiera ser padre o casarse…

Y dentro de este síndrome de inmadurez mancomunada que ya es un hecho, existen algunos casos que se toman esta regla demasiado a pecho y no son capaces de crecer en toda su vida. Por eso, si tu chico es irresponsable, caprichoso y con cero capacidad de compromiso, es hora de que empieces a buscar nuevas opciones. Recordá que “el que se acuesta con niños amanece mojado”.
A continuación, hete aquí una lista que confeccioné con la ayuda de varias amigas, y que tipifica la clase de inmaduros más comunes, las que más se encuentran en la calle, los bares, las discos, y con quienes te podés llegar a confundir, arrepentir, hasta odiar. Por eso, para el bien de tu salud mental, va esta listita, tomá nota.

Inmaduro mamero
El típico hombre “hijo de mamá” que no hace más que compararte con ella y esperar a que vos seas, nada más ni nada menos, que su copia. Está claro que en cierta medida, los hombres tienden a buscar a su mamá en la mujer que eligen, pero de ahí a que te esté criticando todo el tiempo y que no sea capaz de darte tu lugar como la mujer que sos, es mejor que pongas las cosas claras o que le digas “chau chau adiós”. Este tipo de inmaduros no sólo implican un desgaste emocional muy fuerte, sino que generan una herida en tu autoestima que cuesta recuperar porque siempre te hacen sentir en falta. “Gorda, ¿Por qué no le pedís la receta de la pastafrola a mamá y la hacés el domingo para el partido?”.
O el que cuando se enferman quiere que lo malcríen todo el tiempo o cuando se va a vivir solo, la mamá le lleva la ropa para lavar y "de paso" le lleva también el tuppercito con la comida.

Inmaduro mediocre
El hombre, de 28 a 38 años aproximadamente, que está soltero o separado pero que pasa por soltero; inmaduro desde el punto de vista sentimental —sólo quiere pasar un rato con las mujeres, en plural— divertirse y jugar como un machito pistola que va y viene. Pero no busca una mujer, sino que se busca a sí mismo. Está obsesionado con el éxito —quiere triunfar, alcanzar una meta profesional alta y es capaz de sacrificarlo casi todo por este ascenso en su trabajo.

Inmaduro canchero, arrogante
El hombre que se cree miiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiil, un gran narcisista que se mira continuamente en el espejo. El cual no podés ni bajarlo de un ondazo porque ya está en la cresta de la ola. Son esos que llegan a un lugar y tienen que hacerse ver, ya sea por lo que tienen puesto (que en general es grasa) o por lo que dicen. Siempre se mandan algún que otro chiste general como para romper el hielo, son los que hacen algún deporte y por eso se creen Del Potro o Federer. No tienen mucho filtro al decirte piropos y si vos no le das bola, no lo pueden entender. Hasta se pueden tornar caprichosos, como un nene cuando quiere un juguete nuevo y los papás no se lo compran. En vez de creérsela mil, en el fondo, son unos inseguros de mierda.

Inmaduro derrochador
El hombre que no sabe administrarse con la plata. No son pocas las que se quedan con un eterno desempleado, o hombres que trabajan y se gastan una fortuna en fiestas y después no tienen como pagar las cuentas de la casa. Un garronazo este tipo de inmaduros eh, estaría bueno que si estás con alguien así, le digas que vas a pagar la factura de luz y no vuelvas más. O la gran “voy al kiosco a comprar puchos y vuelvo”…

Inmaduro mentiroso
Un hombre en el que no podés confiar porque no sabes si está mintiendo, exagerando o diciendo la verdad. Si es así lo que está claro es que no es una buena pareja. Si querés estabilidad y paz en la relación, lo principal es que exista la confianza y en ese caso, mejor cortala antes de que te envuelva o involucre en sus mentiras. Hay mentirosos patológicos, que por más que te esfuerces en reformar nunca van a cambiar.

Inmaduro mujeriego
El hombre que busca miles de mujeres para su satisfacción y que no es capaz de centrar su atención en sólo una de ellas. Seguramente nunca llegará a sentir nada serio por vos o por ninguna. Por eso, estaría bueno que dejes de perder tu tiempo y sepas que los mujeriegos no aman a nadie más que a sí mismos. Son esos que son capaces de ir a un bar con amigos y se sentarse en la barra con el anillo en el dedo y mirar minas de arriba a abajo con cara de babosos cual adolescente calentón. Cuando no, se la pasan saludando a “viejas conocidas” tirando anzuelos a ver si alguna agarra viaje, del estilo de “Qué linda estás”, mientras que con una manito te agarran de la cintura semi agachado con sonrisa libidinosa. También son los que te saludan por chat y te preguntan, “¿En qué andás? ¿Te casaste? ¿Tenés hijos? Y cuando contestas que no, te tiran comentarios tipo, “¿Y cuándo me vas a invitar a comer??”, y en ese momento no sabés si
cagarte de risa o mandarlo a la mierda. Be carefull chicasssssssss, son peligrosos estos inmaduros, muy peligrosos.

Inmaduro “anti compromiso” o el “eterno soltero”
El hombre que se llena la boca hablando de que quieren ponerse de novios pero nunca llaman a una mina después de la primera o segunda salida por si se enganchan, huyen al matrimonio, hijos eso. Se hacen los q algún día van a sentar cabeza pero saben q están muy lejos d eso o, en el mejor de los casos, nunca lo lograrán. En general, son pito corto.

Inmaduro chiquilín
El hombre que ama reunirse con sus amigos y jugar a todo tipo de juegos. O hacerte chistes infantiles todo el tiempo, (esos que no te causan mucho). Se pueden colgar horas jugando con tus sobrinos, al principio te caen bien, pensás “qué amor, seguro que va a ser un buen papá”, pero cuando ya hace 1 hora que querés sacarlo del castillo inflable porque hay que devolverlo y no se quiere ir, bueno…. Ahí ya no te gusta tanto. U organiza un viaje con los amigos a andar en monopatín, 1 vez por mes, porque después no van a tener tiempo por el trabajo, no les van a dar las vacaciones, entonces aprovechan cualquier escapadita para irse de aventura con sus amigos. Igualmente, dentro de los inmaduros, es uno de los más “soportables”.

Inmaduro papelonero
El hombre que sale una vez con los amigos y se reee mama, se descose y hace papelones, dice cualquier guarangada sin filtro. Es el típico casado o de novio hace mucho que está medio castrado ya, sale una vez y toma por los 6 meses que no salió. Habla a los gritos, camina y se empieza a caer. Y finalmente, los amigos lo tienen q llevar a la casa. Más que un inmaduro, yo diría que es un flaco que no está muy copado con su realidad y que aprovecha ese tipo de salidas como para acordarse de cómo eran esas salidas a los 15, cuando ya tiene 35.

Inmaduro Peterpan o pendeviejo
El hombre ya cuarentón o cincuentón que está pelado o canoso y se sigue poniendo buzo con capucha, zapatillas all star y se cree y está convencidísimo que tiene 20. Camina con las manitos en los bolsillos del buzo y para completar el look es capaz de ponerse una pashmina de la mujer (porque ahora queda canchero). En esta categoría, también entran los hombres que salen para levantarse a mujeres de 30 o menores, para reafirmar su ego y terminar siendo más inmaduros que la pendeja. Y lo peor es que en muchos casos, logran su cometido. Una especie de billetera mata galán, más experiencia. Son copados pero si les das mucha cabida, se pueden obsesionar con vos, así que cuidate.
Inmaduro tecnológico
El hombre que twittea todo el día, especificando lo que hace o deja de hacer, detallando dónde está a cada momento. Ponen: “me fui al gym”, “me fui a bañar”, “salida con los chicos, asado, etc”. O mismo en FB, actualizan el perfil todo el tiempo porque sino piensan que nadie los registra. Suben videos, fotos, frases, todo lo que encuentren y pueda servir para demostrarle a las “usuarias” que él está ahí, online.

Inmaduro agresivo
El espécimen que se agarra a piñas por cualquier cosa como un adolescente, es bastante patético. Se hace el loco sacando pecho y yendosele al humo al q tiene enfrente, mientras grita: “Párenme porque lo mato”. Este tipo de inmaduro te da un poquito de vergüenza ajena, actúa como un nene enojado, se baja siempre del auto haciéndose el loco, dice que cagaría a trompadas a toda la barra brava de Racing si alguien osa con ficharle las gomas a su novia. Tené cuidado.

Inmaduro fiestero
El hombre que dice que va a ponerse en pedo, salir y fumar marihuana toda su vida. El que aprovecha cualquier tipo de festividad para organizar una juntada, salida, fiesta, lo que sea. Siempre está disponible para la diversión, es al que siempre llaman sus amigos porque tiene la posta de dónde hay una fiesta o un buen bar… Cuando se ponen de novios, dicen que sus novias son “divinas”, que lo entienden, que lo dejan salir a donde sea, sin hacerle ningún escándalo. Vos, sis sos inmaduro fiestero, sabé que tu novia no va a tardar mucho en encontrarse un flaco maduro con las bolas bien puestas.

Inmaduro viejazo y baboso
El hombre de 50 o 60 que se hace el baboso en público todo el tiempo con su mujer, le da besos, le dice que es linda y le tira indirectas sexuales adelante de cualquiera en una mesa en un casamiento, por ejemplo. Y vos ahí, en esa situación, pensás: “¡Pará viejo hdp, dejá eso para la adolescencia!

Y así como los que acabo de nombrar hay muchísimos más pero no tenemos más tiempo. En conclusión, como dije al principio muchachas: “Los hombres no maduran, mutan” y si padecen el síndrome de Peter Pan, espero que todas podamos hacer una colecta solidaria para devolverlos al “País de Nunca Jamás”.
Hoy nos despedimos con una frase que dedico a todas las que alguna que otra vez nos hemos enamorado de un inmaduro: “la que se quema con leche, ve una vaca y llora”. Gracias gente y acuérdense: “La que avisa, no traiciona”.