miércoles, 1 de junio de 2011

Marta en el país de las Maravillas II



Antes de contarles los detalles del viajecito que me hice con mis amigas este fin de semana pasado y decirles de qué se trata este “País de las maravillas”, quiero hacer nuevamente una aclaración al público que me esté escuchando: chicos, estoy soltera. Sí, y no por eso tengo lepra, una enfermedad terminal ni mucho menos. No crean que el estar sin un macho estable, me convierte en rivotril dependiente, me crea trastornos psicológicos ni mucho menos. Estoy bien, muy bien. Y libre.

Ahora sí. A pedido del público más allegado, hoy voy a resumir varias sensaciones que tuve durante el fin de semana. Sí, esta batalla de géneros pareciera acrecentarse cada vez más, pero hoy no me interesa crear una disputa entre hombres y mujeres. Hoy, en cambio, prefiero hablar acerca de la rotunda diferencia entre dos tipos de hombres: los tipos y los hombres.

Este fin de semana me fui de viaje. Sí, tuve la oportunidad de irme lejos del paisaje serrano y poder disfrutar, junto con mis amigas, un poco de aire puro. Créanme que lo necesitaba. Nos fuimos por ahí, viajamos más de 8 horas insufribles pero valió la pena. Fue uno de esos viajes que una coordina después de años de no viajar juntas y que surgen –por casualidad- en medio de una crisis existencial porque alguna se peleó con el novio, la otra estaba harta de la misma rutina de siempre o porque sí, buen … de esos hablo. Nos fuimos, no importa dónde. Sí, voy a decir a dónde, a lo que me encantaría titular: "El país de las maravillas". Sin entrar en cuestiones geográficas, entiéndase la etiqueta de este monólogo como una metáfora.

Los ovarios que me acompañaron, junto con los míos, entraron a un mundo en donde, vaya uno a saber por qué, todos los hombres que lo habitaban eran como renacidos de épocas inciertas y desconocidas. Un "país", en donde los muchachos te dejan el asiento, te atienden como reinas y te invitan a bailar sin otra pretensión que la de mover sus caderas al ritmo de Gilda ¡Y cómo! Un lugar que, sin dudas, deja precedentes para volver, deja ese gusto dulce de un mate a media mañana y esas ganas de seguir creyendo que existen HOMBRES.

Un país en donde el 90 por ciento de los susodichos están enamorados de sus chicas, lo que te convierte en un poste de luz porque sos una de las únicas dos chicas solteras del lugar… pero no importa, porque eso hizo que corrobores que no todo es mierda en el mundo masculino, no todo lo que ves se desvanece después del primer encuentro sexual y, lo más importante, que existen hombres que respetan a las mujeres. Hombres que dicen sin avergonzarse: “quedate sentada amor, ¿Qué querés? Yo te lo traigo”. Ahhh! Escuché eso y te juro que no sabía si largarme a llorar, abrazar al flaco o decir mirando al cielo “gracias dios!!”.

Ya después de muchas horas de comer a morir, reirte y suplicar que nadie más te quiera presentar a un flaco X sólo por el hecho de no verte sola, te sentiste linda por más que nadie te miró y volviste a creer un poco en que existen hombres de verdad.

Volviste a tus pagos, pensando que no es tan cruel estar de novio. Y que no todos tuvieron que soportar a un flaco que no te pague ni la primera, ni la segunda ni la tercera salida, que no siempre es la mujer la que tiene que atender al hombre y mucho menos la que se tiene que poner en pose todo el tiempo para gustar, sino por el contrario. Un flaco enamorado, y creánme porque lo ví, te dice que estás linda con un rulero en la cabeza.

En mi caso, con este viaje, sin dudas, regué un poco este jardín que simulaba estar creciendo entre excremento de vaca, y se me vinieron a la mente todas aquellas oportunidades en las cuales, cualquiera de las mujeres, nos hemos conformado con semejante pelotudo que no sabía ni para qué lo tiene entre las patas. Tal vez, a medida que nos vamos formando como mujeres y los años pasan – “¿Se nota que se acerca mi cumpleaños?” - nos ponemos más exigentes. Pero a su vez, permitimos que ciertos individuos nos sumerjan en bosta, haciéndonos creer sólo por un instante, que "eso" es normal.

A ver, generalicemos por un instante y simulemos un país en donde podamos digitalizar algunas cuestiones. Hoy me centraría en algunos consejos para evitar conflictos en "El país de las maravillas". Una especie de manual no tan básico como los hombres en donde incluiría algunos tips para ellos. Sí, mis amores. Si tanto quieren ganar, voy a ayudarlos un poco. Hoy no se qué me pasa pero me apiado, debe ser la escapadita del fin de semana y las clases de yoga que empecé con María Belén que me están haciendo muy bien.

Manual básico para los hombres:

Consejo 1: Evitar el "mensaje de texto". Si realmente te interesa una mujer, ya sea para tener relaciones sexuales casuales, casarte o vivirla, llamala. No porque levantes el tubo te vas a quedar en bancarrota, vas a perder tu masculinidad o vas a quedar como el más ridículo. Por el contrario, por ahí lográs saciar tus necesidades.

Consejo 2: Si no bailás bien, andá a clases de danza. Importante en el hombre, no quedarse con la imagen de que por ser más masculino, tenés que estar con el vasito de cerveza toda la noche parado al lado de la barra cual viejo baboso de 50 años. No, no. Un hombre que mueve bien su pelvis, tiene fama de ser excelente amante en la cama.

Consejo 3: Invitá en la primera cita absolutamente "todo". Este comentario no es de rata, vale la aclaración, pero a las mujeres nos gusta que nos alaguen un poco. Después mitad y mitad, en este país, está todo bien.

Consejo 4: No digas "bonita", ni "gorda", ni "mi amor", ni ni ni. Esas cosas no nos atraen. Decinos MARTA.

Consejo 5: Si ya estás de novio, no pienses que te casaste. Evitá los eruptos, los gases extraídos por el ano y las puteadas por simplezas. A la cancha, vas con tus amigos los domingos. Sí, existe el fútbol en este país también, ponete contento.

Consejo 6: No medites tanto tu estrategia, si te gustó una mujer, hacéselo saber. Si esperás a que la mujer reaccione y reacciona, es medio putita.

Consejo 7: No nombres a tu ex, no compares a tu mujer con las modelos de la TV ni hagas comentarios como "gorda, ¿me parece a mí o estabas más flaca el verano anterior?". A partir de ese instante, tu miembro no va a ver la luz hasta la Tercera Guerra Mundial.

Consejo 8: En este país, procurá no estar acomplejado por el tamaño de tu "amigo" y hacer una previa de 5 h porque, para tu información, nunca va a ser la primera vez que nos pasa y te vamos a "sacar la ficha" antes de que hagas nada. Por el contrario, comprate una bomba de aire o procurá tener a un striper de amigo, seguro que te pasa la posta.

Consejo 9: Si no entendiste alguno de estos consejos y pretendés que me extienda, seguí creyendo que Racing va a salir campeón algún día o que el Bambino va a cocer ese famoso toldo para que sea de noche toda la vida y tu felinidad se expanda las 24 h.

Me cansé de dirigirme a los hombres. Martas ... ¡Qué lindo que es el país de la maravillas! ¿Sacamos pasajes? ¡Yo invito!

Hasta el próximo miércoles gente, acá en Dios las Cría. Y acuérdense: la que avisa, no traiciona.

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