lunes, 13 de julio de 2009

"Estoy cansada de buscar ..."


Si me tomo el atrevimiento para escribir dos veces en una misma semana y elegir como título el comienzo de la gran y conocida canción de nuestro amigo fumancha Calamaro, es porque el siguiente monólogo, lo amerita.

Si seguimos con la adaptación del tema de Andrecito, lo más lógico sería reemplazar "lugar" por "hombre", ¿cómo quedaría?: "¿algún hombre encontraré?". Bien. Esta es la cuestión, el meollo del conflicto o de lo simple que se torna en conflicto. Una traba que constantemente atraviesa nuestro camino ovárico, "¿cuándo?", cuando nos proponemos sin quererlo, encontrar a algún hombre que no sea un pobre tipo. Y con esto, no me refiero a ese que te respeta, te halaga y esas boludeces; sino a un nene que no nos complique la vida, que no tengamos que darle la mamadera ni cambiarle los pañales.

Y aquí me detengo, en "pobre tipo". Me paro frente a mis experiencias de este año y reflexiono sobre los machos que conocí en este 2009, en los que conocieron mis amigas y en todos aquellos que quedaron en el tintero por su pequeña capacidad de resolución de situaciones simples. Cada día me convenzo más de que los hombres se han mimetizado con Luisa Cullioc. Les juro que no puedo entender con la cantidad de sementales que me he cruzado en estos días, hombres que no pueden consigo mismos, que se plantean cada situación, que te llaman únicamente para romperte las bolas y que, a la hora de concretar, no reaccionan; sino por el contrario, se van al mazo cual primera mano de truco con dos cuatro pedorros.

Y aquí viene el consejo, la tarea para el hogar, el aporte que tal vez sirva para transmitirles, de alguna manera, la conclusión a la que hemos llegado con mis amigas: en vez de putearlos, tenerles bronca, decir que nos jodieron la vida, que tienen su miembro corto, que no saben si seguir viviendo con su mamá o comprarse un carting, que no era buen amante o, en el peor de los casos, que sospechaban que era gay; lo mejor y lo más realista es pensar y decirnos todas al unísono: "es un pobre tipo". A ver, repitamos todas juntas: "es un pooooooobre tipo". Porque no puede con su razonamiento retrógrado, no puede con su papel de macho todo poderoso y menos puede enfrentar a una mujer que lo da vuelta como una media y lo enrosca sin querer enroscarlo.

Luego de esta catarsis, de esta terapia en grupo on line, me despido tranquila. Tal vez, siga teniendo aquella ilusión de encontrar a alguien que me facilite la vida, que aporte algo nuevo e interesante a mi rutina; porque de lo contrario, me fascina elegir seguir estando sola, seguir perfeccionándome como profesional, continuar construyendo las relaciones con mi gente - familia y amigos - porque los machos, mujeres, van y vienen. Y si vienen para complicarnos la vida, fiaca.



Me había comprado un largavistas, en una de esas veía a alguien con las bolas bien puestas. ¿Pero saben qué? Estoy cansada de buscar ...

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