
Buenas noches a todos, hoy vamos a hablar sobre esta situación que a muchas, seguramente, les tocó vivir en carne propia y otras que lo habrán escuchado hablar. Es un gran tema y un motivo de queja bastante frecuente entre las mujeres.
Ellos desaparecen después de tener relaciones, mientras que algunas se quedan esperando a que la historia continúe. Es por eso que vamos a tratar de explicar un poco por qué los hombres actúan de esa manera y cómo actuamos las mujeres en estos casos. A TODAS, alguna vez, nos interesó saberlo, no sólo a las que estamos transitando esta edad, sino a las solteras de todas las edades, las casadas o las divorciadas, esas que llegaron a los 40 y se tiraron alguna que otra cañita al aire, queriéndose enganchar a uno que pague el alquiler y nunca más llamó.
Pero antes de empezar, tengo que reconocer que hoy estoy medio bajón, la verdad es que la Semana Santa me encontró sensible. No me levanté a nadie, salí viernes y sábado y nada che. Así que me la pasé comiendo, me comí 4 huevos de pascuas y cinco roscas, como para matar la angustia oral. Ahora estoy a dieta así que estoy medio malhumorada. Por eso mi intención de hoy no es hacerlos reír, si se ríen bárbaro igual… pero les pido disculpas… hoy tengo ganas de reflexionar un poco sobre este tema desde otro lugar.
Para empezar, me quedé asombrada con la repercusión que tuvo este tema entre los internautas. Lo tiré como al azar y tanto hombres como mujeres se pusieron a opinar, y salieron cosas muy interesantes de sus comentarios. Voy a leer algunos, a ver qué dicen:
Enzo que opinó:
Puede ser que un hombre no llame porque:
1- Ella no cumplió las "expectativas”
2- Se quería sacar las ganas y cuando terminó quería que la mina se convierta en papa frita
3- Lo hizo pensando en esa chica que tanto le gusta, así que cuando sale de su casa, la llama
4- Puede que realmente esté buscando una relación, y al ser el sexo una parte importante de la misma, y no le resultó tal como esperaba, no la llama. Ojo si después se complica para encontrar una relación, y se acordó de esta chica, lo más probable es que la llame.
Juan:
“El hombre sólo vuelve a llamar bajo dos circunstancias: 1) cuando tenga ganas de tener sexo 2) cuando no haya alguien más disponible para hacerlo”. (Durísimo)
Lucas:
“A mí me pasó lo contrario. Llamé y llamé pero no me quisieron atender”.
Rodrigo:
“Hay cosas más crueles que acostarse con alguien y no llamarlo... por ejemplo, calentarlo y después no hacer nada de nada, y eso, lo suelen hacer las mujeres”.
Martín:
“¿Acaso hay que llamar?”
Y ahora viene el turno de las mujeres:
Caro:
“Yo no lo llamo más si en ese momento muestra la hilacha de q es un verdadero nabo jajajaja y no sólo con respecto al sexo. Ahora si el chico me gusta, le doy una segunda oportunidad para ver q pasa si es q la cosa no estuvo de 10, tan mala no soy...creo, y no seamos tan exigentes, dale! si nos estamos conociendo y la cosa es de a dos.....
Guillermina dice:
“Yo diría que no quedó satisfecho y por eso no llamó. Seguramente ella le debe haber dicho cosas que no se dicen en una primera vez, como “me encantó” o “¿Mañana qué tenés que hacer?”
Soledad:
“Porque sólo buscaba sexo y no amoooor”
Marina:
“No volvés a llamar porque pensaste que te ibas a acostar con una máquina sexual y te encontrás con que sí, ok, besa lindo, pero la tiene del tamaño de un Chicito y no te hizo ni cosquillas!!!”
Y había muchos más pero el programa termina a las 22. Les agradezco a todos por opinar. Ahora, no sé si prestaron atención pero hay una rotunda diferencia de cómo ven las mujeres la situación de cómo la ven los hombres. Y esto se explica desde la naturaleza de cada sexo. Gente, el hombre es un ser práctico y la mujer un ser emocional, como lo afirma la psicóloga chilena Pilar Sordo en su libro “Viva la diferencia”. El hombre termina la acción y se pone a hacer otra cosa, se olvida. Y la mujer se queda pensando, reflexionando, recordando. Se pregunta: “¿Habré estado bien depilada?” “¿No le habrá gustado mi ropa interior?” “¿Me habrá sentido olor?” “¿Habré gritado mucho?”, mientras que él salió de la casa de la susodicha, chocho porque cumplió con sus amigos que seguramente le van a preguntar “Cómo estuviste papá?” y a quienes les va a mentir sobremanera diciéndoles: “No me la van a creer, 8 veces y decí que la mina no daba más porque sino seguía”. Y no quiere decir esto que uno sea más frío que otro, OJO. O peor persona; sino que somos distintos. Nuestra naturaleza no es la misma.
A hombres y a mujeres nos pasan distintas cosas respecto a la sexualidad. Escuché a varias sexólogas y psicólogas decir que el hombre, desde sus genitales, ya tiene una sexualidad hacia afuera; a diferencia de la mujer que ya sabemos lo que tiene. Entonces, hay como una naturaleza animal del varón a querer ir sembrando su semilla en distintos lugares, pero hete aquí, que nosotras para recibir el calor de un hombre necesitamos, muchas veces, no tooooooodas, que nos guste algo más que su cuerpo. ¿No?
Lo que sucede es que los hombres, después del encuentro o de la descarga, cortan el circuito relacional. En cambio, las mujeres necesitamos de otra etapa que es la del bienestar. Qué significa esto? Una etapa en la cual él se digne a llamarnos para preguntarnos cómo estamos, cómo la pasamos esa noche y si queremos volver a repetirla. Cosa que, en general, no me ha pasado. ¿A vos Pau?
Entonces, ¿Qué es lo que sucede? En estas situaciones ambos quedamos insatisfechos. Él porque su instinto animal lo obliga a seguir buscando otra “hembra”, sumado a que tiene una hincha pelotas como vos dando vueltas por su casa, dejándole mensajes privados por FB y haciéndole llamadas perdidas, y vos porque querés sentirte querida y él ni se acuerda de tu nombre. Así que los dos quedamos insatisfechos.
Ahora, desde nuestro punto de vista, hay algo muy interesante que señala una psicóloga que no recuerdo el nombre que tiene que ver con un proceso de adicción. Sí, chicas, somos adictas. No sólo al maquillaje, los electrodos y la ropa, sino también y mucho más profundo a ser queridas, tocadas, a QUE ALGUIEN NOS QUIERA. Y esto, escuchen bien, tiene que ver con una carencia… y ahí volvemos a confirmar mi teoría… porque cuando uno está satisfecho con uno mismo y se siente pleno y tiene algo para ofrecer, no está necesitando que “me quiera cualquiera” que es lo que sucede cuando le pedís a Dios encontrarte a alguien para tener sexo casual. Y ese ser, no le importa si sos vos, fulanita o menganita, él quiere tener sexo y punto.
Y en este punto, también hay que evaluar a las cosas que dicen los hombres al momento del encuentro, cosas que a veces son mentira y que dicen como para “cumplir con su objetivo”, vos te las creés porque querés que alguien te quiera –pero por dentro sabés que son mentiras- y le decís: “sos un amor, te querés quedar a dormir?” Cuando en verdad sabés que el flaco tiene terrible olor a testículos y encima te abrió la heladera como si fuera su casa y NO le dijiste nada, cuando en realidad querías matarlo”. O sea, ninguno de los dos es sincero, convengamos que él te miente y nosotras también mentimos. No sólo en la previa o en el post sino en el durante, no sé si me explico bien… no puedo ser tan explícita porque estamos en horario de protección al menor pero seguro que vos, que estás escuchando del otro lado, entendiste moy bien.
Y acá, llegamos a la división que hice de los dos tipos de mujeres que pueden aparecer en esta situación: Por un lado, bauticé a las flojitas como “las idealistas” y por el otro, a las modernas, como “realistas”.
Vamos a empezar con las “idealistas”, a las que ya les dimos un poco de protagonismo al principio. Son las que te dicen: “Santiago no me llamó después de que estuvimos. ¿Por qué me pasa siempre lo mismo?”, PUNTO UNO: se victimizan.
Acto seguido, te dice: “¿Por qué me quedo enganchada y él no? Me quedé pensando en él y con ganas de más. Yo creía que había sido bueno lo que pasó, pero él no volvió a aparecer”, PUNTO DOS: se culpan.
Pasados ya dos días, ahí empiezan a planear cómo hacer para saber qué le pasó. Y se le vienen a la cabeza 30 mil ideas. Pobre si sos amiga de una “idealista” en ese momento. Son capaces de contratar un detective privado, decirle a sus amigas que hagan posta en su casa o hacerse íntima amiga por FB de un amigo suyo y tirarle letra para ver si sale algo… hasta de decirle a su mamá que se invente un FB para ver su perfil porque ella, como por arte de magia, se quedó con un amigo menos en el suyo.. y justo era el!
Entonces, para solucionar este problema de inseguridad, de idealismo, porque el flaco NO la va a llamar o si lo hace es después de un tiempo en el cual otra no le dio ni cinco de pelota, es importante que las que se sintieron identificadas con lo que acabo de decir, empiecen a pensar en vivir una vida más consciente, no tan idealista. Empiecen a entender que los hombres son hombres y que nosotras, de antemano, tenemos que tener en claro qué es lo que queremos con él. No porque nos haya dado pelota o te haya dicho “qué linda que sos”, vas a enamorarte de un don nadie, al cual idealizas como si fuera el hombre de tu vida pero que por dentro sabés que no vale ni dos mangos.
Y acá llega el turno de las “realistas”. Sí, quiero desmitificar un poco la imagen de la mujer sentada al lado del teléfono o mirando el cel cada cinco minutos esperando a que el flaco la llame. No todas son así muchachos. Así que relax.
O sea, empecemos aclarando que este “príncipe” del cual esperamos señales de humo lo conociste seguramente en un boliche, en medio de la joda y con unos tragos encima con lo cual también seguramente él no estaba esperando encontrar a su futura novia sino todo lo contrario, alguien con quien tener relaciones sí que es tiene suerte esa noche. La mujer “realista” tengan cuidado que lo sabe muy bien.
Ellas son independientes y despiertas. No necesitan a un marido sólo para que las mantenga, incluso ni piensan al matrimonio como el fin único de sus vidas. Son mujeres inteligentes, no digo que las idealistas no lo sean, pero son más seguras, se divierten, se distraen, prefieren una cena de amigos y una buena conversación a ponerse borrachas tratando de levantarse a un flaco en el boliche. Son mujeres que, al igual que los hombres, eligen cuándo, con quién, cómo y dónde si es que quieren intimar con alguien.
En conclusión: En estos casos, donde el hombre no llamó después de estar con una, es importante como una se lo tome. En el caso de las “idealistas”, casi siempre piensan que estuvieron "mal" y por su inseguridad lo matan a llamados, o quieren llamarlos pero nunca se animan, a ver si encima de frígidas quedan "gomas". Y las “realistas”, alguna perdidita le hacen como para que no se olvide de la tremenda mujer con la q estuvo, pero en ese momento – y escuchen bien- hay que saber manejar las estrategias. No es lo mismo llamarlo un lunes que un sábado, a las 16 que a las 3 am... y es ahí cuando entra el juego el ingenio de cada una, la seguridad obvio y la experiencia... no se trata de si sos hombre llamar y si sos mujer esperar, se trata de entender concientemente qué es lo que quisiste vos de ese momento y qué es lo que quiso él. Si tenés bien en claro eso, las cartas del juego están en tus manos.
Y sepan que si el hombre no llamó mujeres, es porque no quiso. No hay que darle tanta vuelta al asunto. Sin más, me voy a despedir con una frase que alguna vez escuché decir a una actriz estadounidense que tiene que ver con el tema y dice así: “No sé qué pasa con los hombres que después de tener relaciones conmigo, actúan como si les debiera plata”. Es así hombres y mujeres, llamar, no llamar, hacerse desear, entregarse por completo… Seguiremos la próxima semana, acá en Dios las Cría, y acuérdense: “La que avisa, no traiciona”.